Domingo Rivero recibió el diploma como socio del Museo Canario el 25 de enero de 1917. Se adjunta una reproducción del diploma original que se conserva en nuestro Museo. Asimismo daremos cuenta de la relación política y cultural que- pese a la diferencia de edad- le unió con el doctor don Gregorio Chil y Naranjo. No en vano, fue don Gregorio quien, en julio de 1869, lo embarcó en un vapor rumbo a Marsella, a fin de evitar que lo detuviera la policía política de los monárquicos, que buscaba detenerlo por haber sido uno de los grandes activistas de la huelga general que por aquellas fechas tuvo lugar en Las Palmas de Gran Canaria. Domingo Rivero, fundador de las Juventudes Republicanas, tuvo que exiliarse en Paris y Londres, no regresando a España hasta 1873, año de la proclamación de la I República. Posteriormente, años después y de regreso a Las Palmas, el poeta que da a nombre a nuestro Museo pasó a ser el asesor jurídico de Chil y Naranjo, participando activamente en la defensa de los bienes patrimoniales que el ilustre patriarca legó a El Museo Canario.